Durante mis estudios universitarios de Arquitectura, empecé a añadir color a mis dibujos y así me acerqué a la pintura, que se ha convertido en mi expresión artística favorita, con la que mejor puedo dar forma y sentido a mis pensamientos y emociones. Los cuadros, sea cual sea el soporte, son a veces el origen y a veces el resultado de mi mundo interior, en un intento de recrear esa dimensión metafísica de quietud llena de significados y metáforas, en una búsqueda constante de equilibrio entre pasado y futuro, entre sueño y realidad.

Mis cuadros están realizados con técnica mixta, partiendo de una base de betún judaico, luces con trazos de bisturí, para luego trabajar principalmente con colores acrílicos y veladuras al óleo. Así es como mi mundo, mis sueños, mi fantasía toman forma con pinceles y colores.